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Autonomía para Adultos Mayores: Un Derecho Humano
Por qué la Independencia Importa en la Vejez
Introducción:
A medida que las personas avanzan por los años dorados de la vida, el concepto de autonomía adquiere un profundo significado. Más que un rasgo deseable, la autonomía para los adultos mayores es un derecho humano fundamental, intrínsecamente ligado a su dignidad, bienestar y calidad de vida general.
Este artículo profundiza en la importancia crítica de la autonomía para los adultos mayores, explorando sus dimensiones multifacéticas y destacando por qué defender este derecho es primordial para crear una sociedad que respete y valore a sus miembros mayores. Examinaremos los diversos aspectos de la autonomía, los desafíos que enfrentan los adultos mayores para mantenerla y las estrategias y sistemas de apoyo necesarios para empoderarlos a vivir vidas independientes y satisfactorias.
También consideraremos los argumentos legales y éticos que definen la autonomía como un elemento clave del cuidado de los ancianos y el bienestar geriátrico.
Para que sepamos cómo podemos apoyar a los ancianos para mantener esta autonomía, así como también cómo las familias pueden abordar la autonomía de los ancianos de una manera positiva y de apoyo.
¿Qué es la Autonomía y por qué Importa?
La autonomía, en su forma más simple, se refiere a la capacidad de un individuo para tomar sus propias decisiones, actuar sobre esas decisiones y controlar su propia vida. Es el poder de autogobernarse, de dirigir las propias acciones de acuerdo con los propios valores, creencias y preferencias. Para los adultos mayores, la autonomía abarca una amplia gama de áreas, incluyendo:
– Decisiones de Atención Médica: El derecho a elegir tratamientos médicos, rechazar intervenciones y participar activamente en las decisiones sobre su salud.
– Gestión Financiera: La capacidad de administrar sus propias finanzas, tomar decisiones de inversión y controlar sus activos.
– Arreglos de Vivienda: La libertad de elegir dónde viven, ya sea su propia casa, una residencia asistida o con familiares.
– Actividades Diarias: La independencia para tomar decisiones sobre sus rutinas diarias, como cuándo comer, dormir, socializar y participar en pasatiempos.
– Conexiones Sociales: El derecho a mantener relaciones con amigos y familiares y participar en actividades sociales.
– Derechos Legales: El derecho a que sus decisiones y deseos sean respetados bajo la ley.
La autonomía no se trata simplemente de que los dejen solos; se trata de tener la oportunidad de tomar decisiones significativas y de que esas decisiones sean respetadas. Se trata de sentirse en control de la propia vida, incluso frente a los desafíos relacionados con la edad. Empodera a los adultos mayores para mantener su sentido de autoestima, dignidad y propósito. Sin ella, las personas mayores pueden experimentar sentimientos de impotencia, frustración y depresión, lo que lleva a una disminución de su bienestar general.
La Autonomía como un Derecho Humano:
El concepto de autonomía está profundamente arraigado en los principios de los derechos humanos. Numerosas convenciones y declaraciones internacionales reconocen la dignidad y los valores propios de cada individuo, independientemente de su edad. Esta dignidad está intrínsecamente ligada al derecho a la autodeterminación y la libertad de tomar decisiones sobre la propia vida.
– Declaración Universal de Derechos Humanos: Si bien no menciona explícitamente la autonomía en relación con la edad, la DUDH enfatiza la dignidad inherente y los derechos iguales de todos los miembros de la familia humana. Este principio sustenta el derecho a la autonomía para todas las personas, incluidos los adultos mayores.
– Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales: Afirma el derecho al más alto nivel posible de salud y bienestar, que incluye el derecho a tomar decisiones informadas sobre la propia atención médica.
– Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento: Adoptado por las Naciones Unidas, este plan reconoce específicamente la importancia de promover la autonomía y la independencia de las personas mayores, enfatizando la necesidad de crear entornos de apoyo que les permitan participar plenamente en la sociedad.
Reconocer la autonomía como un derecho humano requiere un cambio de perspectiva. Nos exige alejarnos de los enfoques paternalistas que asumen que los adultos mayores son incapaces de tomar sus propias decisiones y avanzar hacia un modelo de apoyo que los empodera para ejercer su agencia. También requiere que los gobiernos y las comunidades creen políticas y programas que protejan y promuevan la autonomía de los adultos mayores.
Desafíos a la Autonomía en la Vejez:
A pesar de la importancia de la autonomía, muchos adultos mayores enfrentan desafíos significativos para mantenerla. Estos desafíos pueden derivar de una variedad de factores, incluyendo:
– Deterioro Cognitivo Relacionado con la Edad: Los deterioros cognitivos, como la demencia o la enfermedad de Alzheimer, pueden afectar la capacidad de un individuo para comprender la información, tomar decisiones razonadas y comunicar sus deseos de manera efectiva. Estos deterioros cognitivos no niegan la necesidad de respetar los deseos y la agencia de los ancianos. En cambio, esto brinda la oportunidad de aprovechar herramientas, como el poder notarial duradero, para permitir que los ancianos aún mantengan su agencia y deseos a través de defensores de confianza.
– Limitaciones Físicas: Las discapacidades físicas, como los problemas de movilidad o el dolor crónico, pueden limitar la capacidad de un individuo para realizar tareas diarias y participar en actividades, haciendo más dependientes de otros.
– Problemas de Salud: Las enfermedades crónicas y las condiciones médicas complejas pueden requerir intervenciones médicas y hospitalizaciones frecuentes, lo que puede interrumpir las rutinas de un individuo y disminuir su sentido de control.
– Restricciones Financieras: Los recursos financieros limitados pueden restringir las opciones de un individuo sobre vivienda, atención médica y otras necesidades esenciales, haciendo más vulnerables a la explotación y el abuso.
– Aislamiento Social: La soledad y el aislamiento social pueden llevar a sentimientos de impotencia y depresión, lo que dificulta que las personas defiendan sus propias necesidades y hagan valer su autonomía.
– Edadismo y Discriminación: Los estereotipos negativos y las actitudes discriminatorias hacia los adultos mayores pueden socavar su confianza en sí mismos y limitar sus oportunidades para participar plenamente en la sociedad.
– Actitudes Paternalistas: Los familiares o cuidadores bien intencionados pueden, sin querer, socavar la autonomía de un adulto mayor al tomar decisiones en su nombre sin consultarlos o respetar sus deseos. A menudo, esto proviene de un lugar de cuidado, pero es importante permitir que los ancianos mantengan la agencia, especialmente si la han mantenido anteriormente.
– Falta de Información y Apoyo: Los adultos mayores pueden carecer de acceso a información y servicios de apoyo que podrían ayudarlos a mantener su independencia y tomar decisiones informadas.
Estrategias para Promover la Autonomía en Adultos Mayores:
Superar estos desafíos requiere un esfuerzo concertado de individuos, familias, comunidades y gobiernos. Aquí hay algunas estrategias que pueden ayudar a promover la autonomía en los adultos mayores:
– Atención Centrada en la Persona: Brindar atención adaptada a las necesidades, preferencias y valores únicos del individuo. Esto implica escuchar activamente sus deseos, respetar sus elecciones e involucrarlos en todos los aspectos de su planificación de atención.
– Tecnología de Asistencia: Utilizar dispositivos y tecnologías de asistencia para ayudar a los adultos mayores a mantener su independencia y realizar tareas diarias. Esto puede incluir ayudas para la movilidad, dispositivos de comunicación y sistemas de automatización del hogar.
– Modificaciones del Hogar: Modificar los hogares para hacerlos más accesibles y seguros para los adultos mayores. Esto puede incluir la instalación de barras de apoyo en los baños, el ensanchamiento de las puertas y la adición de rampas.
– Servicios de Apoyo: Brindar acceso a una gama de servicios de apoyo, como atención médica domiciliaria, asistencia de transporte y programas de entrega de comidas, para ayudar a los adultos mayores a permanecer en sus propios hogares y mantener su independencia.
– Planificación Financiera y Asistencia Legal: Brindar acceso a servicios de planificación financiera y asistencia legal para ayudar a los adultos mayores a administrar sus finanzas, proteger sus activos y tomar decisiones informadas sobre su futuro.
– Educación y Concientización: Educar al público sobre la importancia de la autonomía para los adultos mayores y desafiar las actitudes edadistas.
– Planificación Anticipada de la Atención: Alentar a los adultos mayores a participar en la planificación anticipada de la atención, lo que implica documentar sus deseos para la atención médica futura en caso de que no puedan tomar decisiones por sí mismos. Esto incluye la creación de testamentos vitales y poderes notariales duraderos para la atención médica.
– Comunicación Respetuosa: Comunicarse siempre con los adultos mayores de manera respetuosa y digna, tomándose el tiempo para escuchar sus inquietudes y comprender sus perspectivas.
– Empoderamiento: Brindar oportunidades para que los adultos mayores participen en los procesos de toma de decisiones y contribuyan a sus comunidades.
Todos seremos adultos mayores, pero ¿cómo quieres llegar tú?